Descripción: Alicia pierde la movilidad de sus piernas en un accidente de coche, pero una amistad sincera la ayudará a salir adelante.
Personajes: Alicia, Diana, Timoteo
PRIMER ACTO
Alicia, una chica joven y muy guapa, se despierta en su habitación con desgano.
Alicia: Otro día más en esa maldita silla de ruedas.
Se arrastra sobre la cama con algo de esfuerzo, hasta llegar a la silla ubicada al lado y sentarse, torpemente, en ella. Entra del otro lado del escenario una muchacha de su misma edad, que va vestida con un traje de criada. Lleva en las manos una bandeja.
Diana: Su desayuno, señorita Alicia.
Alicia: No tengo hambre.
Diana: Señorita, tiene que comer bien si quiere recuperarse. El doctor dice que…
Alicia: ¡El doctor es un idiota que no sabe lo que hace! (Se mesa el cabello, desesperada). Ya ven dos meses que estoy así y ese inútil lo único que ha hecho, es atiborrarme de pastillas y recomendarme esos estúpidos ejercicios. Estoy cansada… estoy muy cansada.
Un muchacho entra en ese momento a la habitación. Va bien vestido y mira a Alicia con lástima.
Alicia: ¡Timoteo, mi amor! Viniste a verme. No sabes como te he necesitado, ¿por qué no habías venido a visitarme? No te he visto desde… pues… (agacha la mirada), desde el accidente de coche.
Timoteo: Sí, ya ves Alicia, es que yo también debía recuperarme.
Alicia: Ven, ¿no me das un beso?
Timoteo (incómodo): Mira Alicia, voy a serte sincero, no creo que debamos seguir siendo novios. Las cosas han cambiado mucho desde el accidente y desde que estás así… no es lo mismo.
Alicia: ¿Quieres decir que dejaste de quererme?
Timoteo: Lo siento.
El chico se va rápidamente por donde entró y Alicia se cubre la cara con las manos para echarse a llorar.
SEGUNDO ACTO
En su silla de ruedas, Alicia deja sin ánimo que Diana le ayude con sus ejercicios para las piernas.
Diana: Ya verá como muy pronto podrá caminar de nuevo, señorita. Estoy segura de que si sigue fortaleciendo sus piernas, muy pronto podrá pararse de esa silla.
Alicia: ¿Qué caso tiene, Diana? Yo ya no tengo nada. Ni mi novio quiso quedarse conmigo. Así soy una inútil.
Diana: ¿Todavía sigue lamentándose por ese joven? Ese no vale la pena, quien de verdad la quiera estará a su lado en las buenas y en las malas.
Alicia sonríe con tristeza.
Alicia: ¿Y tú vas a estar conmigo siempre, Diana?
Diana: Siempre, señorita. Ya sabe que yo a usted la quiero mucho… aunque a veces sea un poco gruñona.
Alicia ríe tristemente.
TERCER ACTO
Alicia intenta pararse de la silla de ruedas, sus piernas tiemblan incontrolablemente.
Diana: Usted puede, señorita Alicia.
Alicia: Es inútil, Diana. No puedo.
Diana: Confíe en mí. Deje de pensar en el suelo. Usted no necesita caminar, solo necesita alas para volar donde quiera.
Alicia da unos cuantos pasos, torpemente y cae al piso. Diana la ayuda a levantarse.
Diana: ¿Lo ve? Hoy ya dio un par de pasos, pero poco a poco serán más.
Alicia (llorando): Gracias, Diana. No sé que habría hecho si no estuvieras aquí para apoyarme.
Ambas se abrazan con cariño.
FIN
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