Descripción: Un hombre pobre decide hacer un pacto con el diablo para obtener una gran fortuna, a cambio de su alma. Sin embargo, poco sospecha el señor de las tinieblas que ese campesino es más listo de lo que cree.
Personajes: Diablo, Bartolo Lara
PRIMER ACTO
Un hombre llamado Bartolo Lara se encuentra sentado en una roca, cabizbajo y pensativo. Va vestido de manera humilde, con traje de manta, sombrero y sandalias en los pies. De pronto suspira con tristeza.
Bartolo: ¡Maldita pobreza! Ojalá pudiera yo hacer algo para tener mucho dinero. He buscado trabajo hasta el cansancio y nadie me lo quiere dar.
De pronto, un hombre vestido elegantemente aparece en escena. Lleva un par de cuernos en la cabeza y sonríe de manera astuta al ver a Bartolo.
Diablo: Me pareció oír que estabas en apuros, mi buen amigo.
Bartolo: ¡Virgen Santísima! ¡El diablo!
Diablo: El mismo en persona (haciendo una inclinación educada), he escuchado que tienes problemas de dinero.
Bartolo: Pues sí Don Diablo, ya ve, la cosa está difícil.
Diablo: Lamento mucho escuchar eso, sin embargo, no temas. Puedo facilitarte todo el dinero que necesites a cambio de una sola cosa. Tú di la cantidad y será tuya.
Bartolo: ¿Y qué es lo que quiere de mí?
Diablo: Solo tu alma, mi buen amigo. Es un pago justo por toda una vida llena de comodidades, ¿no lo crees?
Bartolo lo piensa un instante.
Bartolo: Está bien, puedes llevarte mi alma. Pero tiene que ser mañana mismo.
Diablo: ¿Mañana? ¿Estás seguro?
Bartolo: Sí, que sea mañana.
Diablo: Bien, (sacando un contrato). Bartolo Lara, no te llevaré hoy, pero sí te llevo mañana. Firma aquí y di el monto de tu fortuna.
Bartolo: Treinta millones de pesos (firmando).
Diablo: ¡Que así sea! (Desaparece).
SEGUNDO ACTO
Bartolo se encuentra ahora vestido muy elegantemente y disfrutando de un banquete lleno de opulencia. El diablo vuelve a aparecer en escena.
Diablo: Bien Bartolo, es hora de cumplir nuestro trato.
Bartolo: Me parece que no Don Diablo, fíjese usted (saca el contrato para leerlo con descaro). Bartolo Lara, no te llevaré hoy, pero sí te llevo mañana. La cosa es hasta mañana, ¡usted mismo firmó!
El diablo analiza con el ceño fruncido el papel.
Diablo: Vaya, pues es verdad. Disculpa las molestias. Mañana volveré.
Bartolo sonríe cuando lo mira marcharse y sigue disfrutando de su comida.
TERCER ACTO
Vuelve a presentarse el diablo ante Bartolo, que se encuentra sentado en una habitación elegante, fumando un grueso puro.
Diablo: ¡Ahora sí, Bartolo! Es hora de que me entregues tu alma. Ya has disfrutado de mi generosidad bastante.
Bartolo: ¿Pero cómo, Don Diablo? ¿No ve que eso es hasta mañana? ¡Vuelva a leer usted!
El diablo, muy enojado, le arrebata el contrato y lo vuelve a leer detenidamente. Luego lo arroja al suelo y lo pisa con su zapato de charol.
Diablo: ¡Ah, maldito roto! ¡Me has engañado! ¡Disfruta mientras puedas de tu mugroso dinero, por qué nunca más volveré a hacer tratos contigo! ¡No eres más que un vil estafador!
El diablo se desvanece en medio de una estela de humo y Bartolo echa a reír, asombrado con su propia inteligencia y astucia.
Bartolo: ¡Debio usted ser más listo, Don Diablo! ¡Debio usted ser más listo!
FIN
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