Descripción: Adán y Eva tienen una sola regla en el paraíso, no comer ningún fruto del Árbol del Bien y el Mal. Pero una serpiente astuta les tiende una trampa.
Personajes: Adán, Eva, Dios, Serpiente
PRIMER ACTO
Adán y Eva se encuentran en el paraíso, representado por una escenografía con hermosos árboles, plantas y animales. Hay un único árbol de utilería en escena y ellos, a su vez, van vestidos con trajes hechos de hojas. De pronto, una voz resuena fuera de escena.
Dios: Adán, Eva.
Ellos se miran sorprendidos.
Adán: Es nuestro padre.
Eva: ¿Qué sucede, padre mío?
Dios: He venido a advertirles una cosa. Saben ustedes que pueden tener todo cuanto quieran aquí, comer lo que sea y nombrar a los animales como crean conveniente.
Adán: Y por eso te agradecemos, padre.
Dios: Pero una cosa que quiero decirles. ¿Ven ese árbol?
Adán y Eva miran el árbol.
Dios: Es el Árbol del Bien y el Mal, que reúne todo el conocimiento.Ustedes no lo necesitan, puesto que aquí no les falta nada. Así que nunca han de comer ningún fruto que crezca en él. O tendré que expulsarlos del paraíso.
Adán y Eva se miran asustados.
Eva: Lo prometemos, padre. Nunca comeremos de ese árbol.
Dios: Que así sea.
SEGUNDO ACTO
Eva se acerca a recoger flores cerca del Árbol del Bien y el Mal. Detrás de él, aparece la serpiente, mirándola con malicia.
Serpiente: Hola.
Eva: Hola… a ti nunca te había visto por aquí, ¿eres un animal nuevo?
Serpiente: Puedes llamarme serpiente. Y he venido aquí por qué me gusta la sombra que da este árbol, de hecho, es un árbol estupendo.
Eva: Así parece, pero es el Árbol del Bien y el Mal. Dios nos ha prohibido acercarnos a él.
Serpiente: ¿Y por qué?
Eva: Dice que sus frutos son malos.
Serpiente: ¡Tonterías! Él no quiere que coman de este árbol por qué entonces serían tan inteligentes como él, ¡serían dioses!
Eva: ¿Es eso cierto?
Serpiente: ¿Por qué no pruebas un fruto? Mira que apetitosos se ven… ¿no te gustaría ser tan poderosa como Dios?
Eva lo duda. Luego, toma una manzana del árbol y le da una mordida.
TERCER ACTO
Eva está hablando con Adán, tratando de convencerlo de que coma del fruto. Él niega con la cabeza.
Adán: No podemos desobedecer a Dios.
Eva: Pero está delicioso, además piénsalo, ¿no te gustaría ser tan poderoso como él?
Adán parece tener dudas. Sin embargo, no tarda en tomar el fruto y darle una mordida. Se escucha un trueno ensordecedor que los asusta a ambos.
Dios (voz fuera de escena): Adán, Eva, ¿qué han hecho?
Adán: ¡Lo sentimos, padre! Te hemos desobedecido, por favor, perdónanos.
Dios: Les había dado una única regla y la ignoraron. Qué tristeza saber que no son fieles a mí.
Eva: Fue culpa de la serpiente, padre. Ella nos engañó.
La serpiente se esconde tras un árbol.
Dios: Criatura rastrera, tu castigo será arrastrarte por toda la eternidad.
La serpiente se desploma en el suelo y se arrastra a duras penas.
Dios: Lo siento, tienen que irse del paraíso. Trabajarán la tierra con sus propias manos y tal vez algún día, puedan regresar.
Adpan y Eva se marchan con tristeza.
FIN
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