Descripción: Obra de teatro navideña. Dos dulces ancianos reciben una visita muy especial a mitad de la noche y son testigos de un milagro.
Personajes: Anciano, Anciana, Niño Jesús, Aldeanos, Narrador
PRIMER ACTO
Se abre el telón mostrando el interior de una casa muy humilde. Fuera es invierno y por lo tanto, una pareja de ancianos se encuentran sentados muy cerca de la chimenea.
Narrador: Esta es la historia de una noble pareja que vivía en una cabaña muy pobre. Ellos no tenían mucho y lamentablemente, tampoco habían podido tener hijos. Pero se amaban con todo su corazón y eso les bastaba para ser felices. Una noche fría de diciembre, alguien tocó a su puerta…
Se escucha un toquido débil en ese momento.
Anciana: ¿Quién será a estas horas de la noche?
Su esposo se levanta y abre la puerta, encontrándose con un niñito vestido de blanco.
Anciana: ¡Dios bendito! ¿Qué hace este chiquito tan solo y en el frío? ¿Dónde está tu mamá?
Niñito: Me perdí y tengo mucho frío. ¿Puedo pasar la noche aquí?
Anciano: Entra hijito, que te vamos a preparar una cama.
Lo dejan entrar y la anciana trae un catre que coloca junto al fuego. Allí, acuestan al pequeño y la arropan hasta que se queda dormido.
Anciana: Que lindo que es, me hubiera gustado tener un hijo como él.
SEGUNDO ACTO
Narrador: Por la mañana, los ancianos se despertaron en sus mecedoras y se dieron cuenta de que el niño había desaparecido.
La pareja se despierta abruptamente y ve que el catre está vacío.
Anciana: ¿Pero a dónde se fue el pequeñito? Estaba aquí anoche…
El niño entra entonces por el lado opuesto del escenario, con una aureola sobre su cabeza.
Niñito: Aquí estoy.
Anciano: ¡Santo cielo, es un ángel!
Niñito (sonriendo): No, no soy un ángel, soy el niño Jesús y quiero recompensarlos por ser tan nobles conmigo. Mi padre ha visto que se sienten muy solos y que no tienen mucho, además de su buen corazón.
Jesús abre una ventana y arranca la rama de un pino que se encuentra junto a la cabaña.
Niñito: Tomen esta rama de pino y vayan a sembrarla fuera de su puerta. Cuando este árbol florezca, se llenará de frutos de oro y plata. Es nuestro regalo para premiar su propia generosidad.
La anciana toma la rama y se arrodilla ante él. Su esposo la imita.
Anciana: Gracias por bendecir nuestra casa, hermoso niño.
Niñito: Gracias a ustedes, por dejarme entrar.
El niño Jesús se retira y la pareja se abraza.
TERCER ACTO
En la siguiente Navidad, los ancianos se encuentran al lado de un árbol hermoso. La gente del pueblo está ahí. Todos ríen y dan las gracias al recibir frutos por parte de la pareja.
Narrador: Aquella rama de pino se convirtió en un hermoso árbol, repleto de frutos que hicieron ricos a aquellos ancianos. Pero como ellos no necesitaban riquezas para ser felices, decidieron compartirlas con todos en el pueblo donde vivían. Es por eso que hasta hoy en día, todas las familias decoran un árbol en Navidad, para agradecer y recordar las bendiciones que Dios nos ha dado a lo largo del año.
FIN
¡Sé el primero en comentar!