Otros Relatos 7

TRAPOS OCULTOS

LOLA ………….……( 85 años)
MARIELA …….…(Nieta de Lola – 35 años)
DOLORES .……(Nieta de Lola – 28 años)
CRISTIAN ..…(Esposo de Mariela – 40 años)
DAMIAN .…………(Nieto de Lola – 37 años)
MILAGROS …(Esposa de Damian – 34 años)
SOLEDAD ………… (Vecina – 50 años)

Patio de la casa de una familia clase media. A la izquierda del escenario salida a la calle, y por derecha puertas a interiores de la casa. Una mesa grande a un costado,  sillas, plantas de jardín. Una jaula con pajaritos de plástico, en algún lugar colgada la foto de un perro, en otro rincón un plato con comida para gatos y un recipiente con agua.

PRIMER ACTO

Es verano y en el ambiente se puede notar el calor agobiante. A un costado de la escena, se encuentra la abuela Lola, sentada en un viejo pero cómodo sillón de patio. Está tejiendo, pero lo hace muy lentamente.

MARIELA: (Entrando. Carga una bolsa con mercadería) Que lo parió al verano, me tiene podrida el calor este. Estoy mojada hasta los pelos. Encima tuve que caminar como 10 cuadras con la bolsa y la bicicleta a cuestas. Justo cuando salgo del super… la rueda pinchada, la puta que lo parió. (Empieza a sacar la mercadería de la bolsa)

LOLA: (Al público) Esta es mi nieta, la mayor, tiene la boca como letrina, y para colmo un marido que no sirve ni para barrer. Duerme 14 horas por día, y las otras 10 descansa porque dice que el colchón le hace doler la espalda, la cintura, el cogote… en fin… si viviera mi querido viejito ya no estaría acá el haragán ese.

MARIELA: Abuela, querés tomar algo fresquito? (Lola no contesta) (Pausa…) Abuela!!!

LOLA: Eh? Que? Me hablaste?

MARIELA: No te hagas la sorda, Abuela. Conmigo no! Ya se que a Soledad le has hecho creer que estás re sorda, pero a mi no me quieras engañar, que te conozco bastante.

LOLA: Bueno, bueno. Es que se me ha hecho costumbre. Paso tanto tiempo con la loca esa que hasta yo me lo estoy creyendo. Qué me decías?

MARIELA: Te pregunte: si querías tomar algo fresco?

LOLA: Ah! No, no. Estoy bien. Gracias, hijita.

MARIELA: Dolores, todavía no se levantó?

LOLA: Si, me parece que si.

MARIELA: Espero que la zángana esa me haya preparado todo lo que le dejé encargado. De lo contrario me va a escuchar!!  Se la pasa durmiendo!, como si fuera una pendeja! Claro, la señorita sale todas las noches, total está al pedo toda la mañana, y la que se rompe el culo para darles de comer los Domingos a la familia quien es?… La boluda de siempre! Ja, que infeliz.

DOLORES: (Entrando con platos y cubiertos) Hablabas de mi, hermanita?!

MARIELA: Si, casualmente…

DOLORES: Bueno. Para tu tranquilidad, ya hice todo lo que me ordenaste. Al pie de la letra.

LOLA: (Al público) Esta es mi otra nieta. Adorable… toda buena es… de la cabeza a los pies. Lo que pasa es que la hermana la tiene medio cagando porque es un poquito tranquila, media araganona, bah, medio boludita. Pero es de buena.

MARIELA: Bueno, andá poniendo la mesa que en un ratito pongo los fideos.

LOLA: Otra vez fideos!!

MARIELA: Es Domingo abuela. (Mutis a la cocina)

LOLA: Parecen todos los días Domingo, fideos, fideos, fideos…

DOLORES: Pero aba, lo que pasa es que Mariela te hace tallarines seguidito por tu problema con los dientes.

LOLA: Ah, claro, claro, me olvidaba.

DOLORES: (Mientras va poniendo la mesa) Hay, aba…, te cuento que anoche en el boliche conocí un chico…

LOLA: Otro más? Queridita, tenés una colección!

DOLORES: Bueno aba, es que todavía no he conocido al hombre ideal.

LOLA: Nena, nena, no existe el hombre ideal. En realidad el hombre ideal descansa en paz. (Nostálgica) Mi Manolito! Un tesoro!! Ese sí que era un hombre ideal.

DOLORES: Si aba, yo sé bien cuánto querías al abuelito Manolo… y si vos lo encontraste… porque no lo puedo encontrar yo?

LOLA: Lo encontré, pero me llevó tiempo eh! Mirá que antes de él pasaron varios…

DOLORES: Y bueno… pero llegó… a mi también me va a llegar… ya vas a ver. En el momento menos pensado, cuando menos me lo espere… ahí estará mi Príncipe Azul. (Poética) Esperándome con sus brazos abiertos, su sonrisa brillante, (Entusiasmándose y acariciándose) sus manos suaves para acariciarme por todo el cuerpo haciéndome sentir el calor de la pasión, y sus labios húmedos y ardientes mojándome toda…

LOLA: (Cortándola con cierta energía) bueno nena, nena, que vos sos chiquita y yo ya estoy vieja…

DOLORES: Aba, ya no soy chiquita, tengo 28 años!! Además no iba a decir nada malo, pero a veces me entusiasmo con la idea. (Pausa) Bueno, pero al final no me dejaste contarte del chico que conocí.

LOLA: (Entusiasta) Dale contáme.

DOLORES: (Deja lo que está haciendo y se sienta al lado de su abuela) Mirá, es un poco más chico que yo…

LOLA: Empezamos mal…

DOLORES: Bueno… apenas unos años… tiene 19, creo (La abuela se asusta) no!, no!, pero parece de 30 por lo menos. Es divino, simpático, divertido…

LOLA: Nena, con 19 años, lo que tiene son pajaritos en la cabeza. Tu cuñado, con 40 es un boludo a pedal, asique este con 19, todavía no tiene ni los pedales puestos.

CRISTIAN: (Aparece de habitaciones recién levantado, con el torso desnudo y toalla al hombro, trae el mate y el termo) Me llamaba doña Lola? (Lola se queda petrificada y teje haciendo que no escuchó nada) (A Dolores que sigue con lo que había dejado) Como andás vos? Anduviste de joda anoche?

DOLORES: (Muy molesta) Si. Porqué? Algún problema?

CRISTIAN: Que ya podrías sentar cabeza y dejar de hacerte la pendeja. Te pasas los siete días de la semana de joda, mientras tu hermana se rompe el alma en esta casa.

DOLORES: Eso es verdad, porque la única que trae algo a la casa es mi hermana, porque vos, no se ve que colabores mucho.

CRISTIAN: (En actitud sobradora y amenazante) Mirá chiquita, lo que yo aporto a esta casa no es de tu incumbencia. Yo sé muy bien que demasiado hago manteniendo a algunos… (mirando de reojo a Lola) y algunas…

DOLORES: (Nerviosa) Mira, en primer lugar esta casa es de mi abuela así que si hay alguien que no debiera estar aquí, no soy yo precisamente. Y en segundo lugar, a mi no me mantenés vos, me mantengo sola, para eso trabajo y tengo mi propio negocio.

CRISTIAN: Ma que trabajás nena, con ese kiosquito de mierda no se si ganàs lo que gastás.

DOLORES: Eso a vos no te importa, después de todo jamás te pedí algo a vos.

CRISTIAN: Ja, pedí nomás que así vas a recular…

DOLORES: (Gritando enojada) Pero quien te va a pedir a vos? Si en tus bolsillos no tenés un puto centavo que sea tuyo! Si no fuera por mi hermana, estarías muerto de hambre, o lo que es peor para vos, tendrías que laburar querido, la-bu-rar, no se si te suena esa palabra. (Se va para la cocina muy nerviosa)

CRISTIAN: (Gritándole después de que Dolores se ha ido) Algún día te voy a poner en vereda, mocosita!

(Cristian se sienta en la mesa y se dispone a tomar mates. Por la calle entra Soledad, que trae una canasta)

SOLEDAD: (Alegre) Hola, Hola, como están mis animalitos?

CRISTIAN: Animalitos! tu abuela!

SOLEDAD: (Simpática) Epa, que humor! No me refería a vos, Cristian?

LOLA: (Al público) Bueno, la vecina… se llama Soledad. Y el nombre le sienta bien, porque la soledad le retorció la cabeza… desde que falleció su marido está más loca que una cabra. Ya van a ver. Se la pasa hablando con animales que ni existen. Pero una se acostumbra.

SOLEDAD: (Hablando con los pajaritos que están en la jaula) Hola, mi pepiritopuru! como está? Si, ya sé, extrañándome mucho!

LOLA: (Al publico) Ja, no te dije que esta re tumbada.

CRISTIAN: Soledad, como se te ocurrió ponerle ese nombre a ese pájaro de mierda?

SOLEDAD: Mirá Cristian, en primer lugar no es un pájaro de mierda, mi Pepiritopuru, es un adorable canario de la especie Serinus Canarius nacido en las Islas Canarias. Y ese es el único lugar del planeta que habitan.

CRISTIAN: Claro, y a vos se te ocurrió que tu marido te trajera uno acá, y el bicho se murió cuando bajó del avión.

SOLEDAD: (Con tristeza) Y bueno, yo que sabía que se iba a morir tan prontito.

CRISTIAN: Pero querida, esos bichos no pueden salir de su hábitat natural. Y mucho menos soportan el clima que tenemos acá, se cagan de frío y se mueren enseguida.

SOLEDAD: Bueno, pero el sigue conmigo. Es uno de los recuerdos que tengo de mi difunto esposo, que dicho sea de paso, también murió como un pajarito.

LOLA: Es que era un pajarón!!

SOLEDAD: Cómo dice doña Lola?

LOLA: (Haciéndose la sorda) Eh, me hablaron a mi?

SOLEDAD: Cierto que está re sorda! (Gritándole) Yo pregunté si usted había dicho algo?

LOLA: Nada querida, nada.

SOLEDAD: Claro, usted siempre con sus apuntes en voz baja…

CRISTIAN: Bueno, dejála, pobre, de vez en cuando puede emitir alguna palabra.

SOLEDAD: Te pensás que no habla? Si que habla, y bastante, solo que lo hace cuando le conviene.

CRISTIAN: Oiga, doña Lola: no será usted la que anduvo inventando el romance mío con la loca esta, no?

SOLEDAD: Avisa, con lo de loca! Más loco estarás vos.

LOLA: (Sin dejar de tejer) Yo no vi nada… ni dije nada…

CRISTIAN: No sé, porque ahora se le ha cruzado a la trastornada de mi mujer, que yo tengo algo con la dueña del zoológico este.

SOLEDAD: Bueno, cortala con las agresiones. Podrías ser un poco mejor hablado de vez en cuando, no? Además yo no se que tengo que ver en todo este embrollo? Si a tu mujer se le volaron las palomas, no se porqué se la agarra conmigo. Lo que pasa es que acá están todos medios tocaditos con tantos problemas. (Se acerca al plato que está en el piso y sacando comida para gatos llena el plato y habla como si hubiera un gato en ese lugar) Mi bebe hermosa, siempre tan linda, (Mirando a Cristian y acariciando a la gata imaginaria) Has visto como le esta dejando de sedoso el pelo el nuevo alimento que le traigo?

CRISTIAN: (Burlón) Si, si, …hermoso.

LOLA: (Al publico) Cada día más loca, pobre. Lo más gracioso es que la comida va a parar a la basura cuando la agarra la Mariela.

SOLEDAD: (Alzando en brazos al animalito imaginario) Mi Turquita preciosa. Mimosa como ninguna. Lo que pasa es que ustedes entienden poco a los animalitos.

CRISTIAN: A veces los entiendo más que a las personas.

SOLEDAD: Nunca les conté que esta es una gatita  de raza Ankara Kedi? Si, si, y en Turquía son considerados como el símbolo de la pureza, son verdaderos tesoros.

CRISTIAN: Para mi es un gato ordinario y feo, como todos los gatos.

SOLEDAD: Y claro, que se puede esperar de un hombre con poco sentido de la convivencia, y tan poco conocimiento acerca de la flora y la fauna.

CRISTIAN: Primero que yo convivo con quien quiero. Y segundo: a los locos y a los animales que los atienda otro.

SOLEDAD: Si, si, eso está bien claro!!  Pero, tranquilos, ya pronto la naturaleza y el poder divino del señor, dará cuenta de los seres sin alma y sin corazón.

LOLA: (Al público) Piantadísima la pobre!

CRISTIAN: Ay! Soledad, que rayada estás. Porqué no vas a rezar a la Iglesia.

SOLEDAD: Bien, bien… yo estoy rayada, yo estoy rayada… (Se posesiona como si estuviera haciendo una plegaria) pero verán y rezarán por vuestra salvación cuando el ser supremo y la impiadosa Naturaleza descarguen su gracia en nuestro arrumbado planeta.

LOLA: (Al público) Uh, bue… se le salió la chaveta de nuevo!

SOLEDAD: Por lo pronto vayan aprendiendo algo de los animalitos que conviven con nosotros en esta tierra, ellos son los únicos que cuidan su medio natural. (Lléndose) Vuelvo en un rato. Hasta luego.

CRISTIAN: Chau, Gracia Divina. Nos vemos. (Luego) Que locura tiene, mamita querida!  (Mutis a interiores haciendo notar algún dolor en su espalda) Casa de locos!!

LOLA: (Que se ha quedado sola) Esta es casi toda mi familia, o mejor dicho lo que ha quedado de ella. Créanme que es muy difícil vivir acá, hace falta mucho amor para aguantarse a tantos locos juntos. Pero son locos lindos, además son mis nietos y sus amores. Con sus costumbres, que son distintas a las nuestras, claro. Recuerdo que con el Manolo, pocas veces discutíamos, siempre lo que mi Manolo decía, era palabra santa, que hombre sensato!!! Inteligente, respetuoso, caballero, no como los de ahora, que tratan a las mujeres como si fueran un florero. Mi Manolo no! Como me atendía!!! Como me cuidaba!!! Siempre fue muy atento él. En fin, los tiempos cambian. El Manolo se me fue al cielo, mi hija Teresita, también, y bueno entre los dos me dejaron esta herencia: una hermosa familia. (Pausa. Piensa) Yo tengo la esperanza de que algún día se den cuenta de que aquí esta su abuela, y de que aún no me he muerto…, aunque a veces siento que ya estoy más cerca de mi Manolo que de estos nietos.

(De calle se escuchan los gritos de Milagros )

VOZ EN OF DE MILAGROS: Sos un prepotente! Te das cuenta que no cambias nunca! Siempre el sabelotodo, cero humildad.

LOLA: Bueno, el que faltaba, mi otro nieto: Damián y su esposa.

MILAGROS: (Entrando con Damián que trae un diario en la mano) Algún día vas a aprender a respetar a los demás?

DAMIAN: Pero, mi vida, cuando te vas a dar cuenta que uno tiene que mantener la distancia con ciertos niveles sociales? No te olvides que el éxito en la política se basa en la altura de los políticos. El pueblo tiene que saber que quienes, algún día gobernaremos sus destinos somos, de alguna manera, más inteligentes, y tenemos mayor capacidad de decisión, y lo que es más, debemos hacer notar nuestra fortaleza psíquica… muuuy importante este punto.

MILAGROS: (Burlona) Ah, claro, no me daba cuenta de todo eso. Pues cuando caigas de tu altura, con toda tu inteligencia y fortaleza psíquica, el culo te va a quedar tan cuadriculado, que vas a poder explicarle al pueblo las escalas de crecimiento que según tu dinámico criterio se necesitan para que este bendito país salga delante de una vez por todas. Eso sí, a quién carajo le importa si en la calle hay uno diez o cien chicos pidiendo para poder comer.

DAMIAN: Como te encanta mezclar las cosas, que tiene que ver mi reputación social con el hambre de “algunos”.

MILAGROS: Mirá, estoy bastante cansada de tu soberbia con la gente, al menos en la calle podrías ser un poco más humilde, o por lo menos cuando vas conmigo. (Dándose cuenta de la presencia de su abuela) Hola, abuela, perdoname. Es que tu nieto me saca, me saca, me saca…

DAMIAN: (Que ya se ha sentado) Hola abuela. Mi hermanita está cocinando?

LOLA: Si.

MILAGROS: Y claro, pobre, sino quien lo va a hacer? Voy a ayudarle. (Mutis a la cocina)

DAMIAN: Dale mis saludos, y decile que venga a saludarme. (Se dispone a leer el diario que traía en mano. Lee) A ver, a ver? (Pausa) …pero estos tipos siempre escriben lo mismo!! Claro, me olvidaba, es Domingo, día de descanso…(sigue leyendo) El dólar, el dólar, el dólar, parece que es lo único que le interesa a la gente, la compra, la venta… cuando vamos a entender que estamos en un país pobre, una Argentina que para crecer necesita una moneda fuerte… (Enérgico) o sea hay que voltear al dólar…

APAGÓN

SEGUNDO ACTO

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La misma escenografía, nadie en escena. La mesa ya está lista para el almuerzo  sobre la mesa se puede ver una panera con pan. Se oye desde interiores una música moderna muy fuerte. Por derecha aparece Mariela trayendo con dificultad a Lola.

MARIELA: (Gritando) Dolores!! Bajá esa música querés!? Nos vas a volver locos a todos, querida! (La música baja. Sentando a Lola en su silla, que está siempre en el mismo lugar) Bueno abuela, quedate acá un ratito que ya vamos a almorzar.

LOLA: Si, hijita, si. Qué calor que hace, no?

MARIELA: Si es terrible. Pero, que le vamos a hacer? Es verano y hay que aguantarse. A mi ya me tiene repodrida el verano, bichos, sapos, mosquitos, calor agobiante. A la noche no se puede ni dormir siquiera.

LOLA: Eso es lo peor, hijita. Para colmo en esa piecita mía no corre ni una gota de aire. Por donde va a entrar el aire si no tiene ni ventana.

MARIELA: Bueno abuela, es lo que hay. Que le vamos a hacer? Además no te podés quejar, porque anoche te pusimos el ventilador un rato.

LOLA: Si, si, cinco minutos, porque vos me lo pusiste y tu marido me lo sacó.

MARIELA: Y bueno, lo que pasa es que Cristian sufre mucho el calor.

LOLA: Si, tu marido sufre de todo últimamente.

DAMIAN: (Viniendo de la calle) Listo, ya me tome una cervecita en ese barcito de la esquina. Me gusta ese lugar, es muy ameno.

MARIELA: “Ameno” que pagues, te van a atender bien.

DAMIAN: Qué querés decir hermanita? Que yo no pago las cuentas?

MARIELA: Todas, no! O acaso te olvidas que hace un año Cristian te hizo un préstamo para tu “olvidable” campaña política, porque ni siquiera los que consideras tus amigos te votaron.

DAMIAN: Mirá, yo le prometí a Cristian que le iba a devolver cada centavo, ni bien asuma como Consejal, y así lo haré. Es más: le voy a pagar hasta los intereses.

MARIELA: Yo, con que traigas lo que te prestó, me conformo.

DAMIAN: Por supuesto, hermanita, ya vas a ver.

(Damián se acomoda en su lugar de la mesa y Mariela sale hacia interiores de donde entra Milagros)

MILAGROS: Hola mi amor. Ya volviste?

DAMIAN: Si. Rapidito. Me tomé una cervecita con algunos muchachos que estoy conociendo y ya estoy listo para los tallarines.

MILAGROS: Si, ya están listos. Mariela ya los trae.

DAMIAN: Che, podían haber cambiado el menú. Con este calor, entre la cerveza que me tomé, el vinito y los tallarines me voy a morir!

MILAGROS: Ni hables de la comida con tu hermana porque se re calienta. Con el tema de que no le alcanza nunca la plata, está bastante alterada, pobre.

DAMIAN: Uh, callate! Recién me acaba de reprochar la guita que me prestó el marido. Ese boludo que no hace otra cosa que estar tirado en la cama con la radio y la televisión. Como si me hubiera prestado una fortuna!

MILAGROS: Bueno, quien se queja! Vos no estas en la cama pero te tirás en el living con el diario, la radio y la televisión. Todo junto.

DAMIAN: Lo mío es distinto mi amor. Sabés muy bien que yo tengo que actualizarme a cada instante. No puedo estar sin saber lo que pasa en este preciso instante en nuestro país. Como puedo yo ir a una reunión de comité sin saber que pasó en este último momento. Noo, imposible, para un político es imprescindible informarse.

MILAGROS: (Molesta pero sin enojarse) Si, si, ya sé. No hace falta que me des tu cátedra otra vez. Y mucho menos que te pongas a hablar de tus compañeros de comité. Ya los conozco suficiente.

DAMIAN: Si, ya sé que algunos no te gustan. Pero sabés como cuesta conseguir gente nueva, gente renovada. Nos gastamos hablando de nuestra juventud, pero al comité sabés cuantos van: NINGUNO!  Ni un pendejo vas a ver luchando por su país. Que mierda, ni siquiera interiorizándose de lo que pasa en su tierra.

MILAGROS: Por algo será que los chicos no van. En los últimos años los políticos han hecho un desastre tras otro. O no? Mirá lo que es hoy la Argentina: acá cada cual hace la suya, cada uno lleva para su bolsillo, el resto que se arregle como pueda.

DAMIAN: Y bueno, eso es lo que yo quiero cambiar: La situación social del país.

MILAGROS: Querido! La situación social del país no la vas a cambiar vos ni nadie. Olvidate, pasarán generaciones para que esto cambie, si es que cambia.

DAMIAN: Bueno, pero alguien tiene que empezar, no?

MILAGROS: Claro, y justo tenías que ser vos!? No me hagas reír.

DAMIAN: Mi vida, que nadie te escuche hablar así de mí, porque ya sabes? perdería credibilidad ante la opinión.

MILAGROS: Quedate tranquilo, ya lo sé. (Con ironía) Hay que saber manejarse ante “la opinión de la gente”, debemos ser un matrimonio correcto, y sobre todo no mostrar nuestros “conflictos de puertas adentro” .

DAMIAN: Y bueno, la política es así. Si la gente conociera las vidas ocultas de cada político, votaría en blanco todo el mundo.

MILAGROS: Ni vos te lo crees, mi amor: el ser humano siempre va a querer votar porque solo por naturaleza quiere elegir, desea elegir, desea vivir mejor, y por eso haría cualquier cosa, hasta votarte a vos, jaja.

DAMIAN: Y dale nomás.

MILAGROS: Bueno, es mas fuerte que yo. Es que hace tantos años que pretendés ser Consejal…

DAMIAN: No importa. Algún día lo seré, y ese día muchas cosas van a cambiar.

MILAGROS: Si, claro!

MARIELA: (Entrando)  Bueno, bueno, ya está todo listo. A la mesa. (Llamando a interiores) Dolores! Vamos a comer, querida, pará con la música!

MILAGROS: Y Cristian?

MARIELA: Se recostó un rato. Está otra vez con las cervicales. Por ahora se va a quedar un rato en la cama, a ver si se le pasa.

LOLA: (Al público) El trabajo lo está matando de a poquito.

MILAGROS: No va a almorzar con nosotros?

MARIELA: No, por ahí, viene en un ratito, recién se tomó la pastilla.

MILAGROS: Perdoname que te lo pregunte así, directamente, Mariela. Pero… como están las cosas entre ustedes?

MARIELA: Siempre igual. Pero él no se quiere ir, y bueno… yo no me voy a ir de acá, es mi casa.

DAMIAN: Nuestra casa.

MARIELA: Si, está bien, nuestra casa. Quedáte tranquilo que sé muy bien que es “nuestra casa”.

DAMIAN: Yo, ya te lo dije: esta casa puede ser tuya, pero con el vago ese acá adentro, ni en pedo.

MARIELA: Te guste o no, es mi marido. Y eso mucho remedio no tiene, salvo el divorcio… y lo veo tan difícil. Yo que no me puedo ir, él que no quiere irse… Dios dirá que será de mi vida.

MILAGROS: Yo que vos le hago las valijas y lo saco a patadas, que querés que te diga? Yo no lo soportaría ni un minuto tirado en la cama y boludeando todo el día.

DAMIAN: No tiene agallas para hacerlo.

MARIELA: De afuera se ve muy fácil. Si estuvieran en mi lugar verían lo difícil que es romper una relación de tanto tiempo echando a tu marido a la calle.

MILAGROS: Mariela, no te das cuenta que te hace la cabeza? Con sus dolores, con sus problemas familiares, y con todas las mierdas que te envuelve, el tipo te hace la cabeza para que sientas lástima.

MARIELA: (Al borde de las lágrimas) Puede ser, puede ser que tengas razón. A lo mejor es que yo lo quiero igual. Son muchos años juntos.

MILAGROS: Lo de ustedes ya es costumbre, no creo que sea amor.

MARIELA: Como sea. No puedo echarlo, ni siquiera tengo coraje para decírselo mirándolo a la cara. Es más, las veces que hablamos le pido por favor que nos separemos y siempre termino llorando y pidiéndole perdón, como una estúpida.

DAMIAN: En algún momento tendrás que poner las cosas en su lugar. Tampoco podés vivir así toda la vida.

MARIELA: Si, ya sé.

DOLORES: (Aparece con una jarra con vino que deja sobre la mesa y se sienta en su lugar para almorzar) Hay reunión del comité familiar? (pausa) Si, ya sé, el tema del día: El divorcio largamente meditado de mi hermana o la candidatura eternamente fallida de mi hermano?

MILAGROS: Está graciosa la “chiquita” de la familia.

DOLORES: Graciosa? no! No me causa ninguna gracia. Pero esos temas los escucho todos los días, o mejor dicho todos los domingos, para colmo. Justo mi día de descanso.

DAMIAN: (Un poco burlón) Bueno, perdoná chiquita, no queríamos arruinar tu Domingo.

DOLORES: Entonces cambien de tema.

MARIELA: Yo, más que cambiar de tema, voy a traer los tallarines. (Mutis)

MILAGROS: Pobre Mariela. A mi me da mucha pena que esté pasando por esta situación.

DOLORES: Ella es feliz así. Hoy se pelean, mañana están re felices. Claro, para Cristian, la vida es así, sus únicos problemas son las discusiones con Mariela. Por lo demás, se caga de risa de la vida.

MILAGROS: Sabés que pasa Dolores? A mí me parece que Mariela, tiene que luchar con demasiadas cosas. La abuela, el marido, y en cierta forma con vos no se la lleva de arriba tampoco.

DOLORES: Avisá, querida, yo me banco sola, a mi no me tiene que soportar nada. En todo caso el único favor que le debo es que me lave la ropa.

DAMIAN: Y que te dé de comer.

DOLORES: Ya te dije, que yo me banco mi vida, o sea que también pongo mi parte para la comida.

DAMIAN: Si, claro, pero quien hace la comida es ella.

DOLORES: Bueno, Damián, si tanto les molesta que viva acá, en la casa de “mi abuelita”, puedo irme cuando quieran.

LOLA: (Reaccionando) No, querida. Vos no tenés que irte de acá.

DOLORES: (Llendo a abrazar a la abuela) Ya sé abuela, pero si me tengo que ir, juro que te llevo conmigo.

MILAGROS: Dolores, ni Damián ni yo queremos hacerte sentir mal. Lo que decimos es solo por Mariela. Yo la noto muy cansada.

DOLORES: Si, ya sé. (Vuelve a la mesa) Yo también me doy cuenta. Pero, yo no puedo hacer nada.

MARIELA: (Entrando con la fuente de tallarines) Bueno, a la mesa.

(Todos se acomodan y se disponen a comer)

SOLEDAD: (Entrando de la calle) Hola, como están? Todo bien? Ay, me parece que soy un poco inoportuna con el horario, llego justo cuando están por comer.

MARIELA: Si, Soledad, como siempre. Pero no hay problema ya está tu plato en la mesa, así que sentáte nomás.

SOLEDAD: (Sentándose) Ay, gracias, Mariela, siempre tan generosa vos.

DOLORES: Cuando no hay más remedio…

SOLEDAD: Y espero que no tomes en serio eso de tu marido y yo. Sería incapaz de semejante cosa. Ustedes, o sea, toda esta familia, son parte de mi remanso eterno.

MARIELA: Mejor dejá las cosas como están, y no hablemos del tema.

DAMIAN: Bueno, bueno, hoy es un Domingo especial, como todos saben el comité me ha nombrado candidato a Consejal en las próximas elecciones, por lo tanto propongo un brindis muy familiar y sincero. (Se sirve vino de la jarra y sirve a los demás)

MILAGROS: Me parece muy oportuno el brindis, y no solo por tu ansiada candidatura. Nada se pierde con desearle cosas buenas a la gente que uno quiere, verdad?

SOLEDAD: A mi me parece genial. Tengo tantas cosas lindas para desearles a ustedes, porque en definitiva son como mi familia Humana en este planeta.

DOLORES: Menos mal que lo aclarás.

DAMIAN: (Levanta su copa y todos lo imitan) Brindo por el futuro de nuestro país. (Todos se congelan y Damián sigue con su discurso exasperado) Por el deseo de que la historia cambie en esta tierra bendita a la que ya no sabemos que sacarle, y a la que exprimimos cada vez más. (Con un cierto grado de locura) Por un país sin hambre, por una política sana, madura, inteligente. Por las viejas tradiciones que ya no volverán pero que no debemos olvidar. Los corsos, los bailes en la calle… Para que vuelva el amor a los hogares, y con ello la justicia, la educación y la seguridad en el mundo. Salud! (Con el Salud! Se congela)

SOLEDAD: Yo brindo por mis amores! (Camina) Por estos animalitos que son los únicos que me entienden. Por un mundo mejor a este, en donde todos seamos locos… si locos… porque en este planeta todos se creen cuerdos y los locos somos otros, si, si, nosotros que vemos las cosas como son. Que amamos sin barreras, y después de la muerte seguimos amando. Y vemos las cosas como son sin buscarle mas vueltas. Brindo por un mundo lleno de locos como yo! Salud! (con el salud se congela en cualquier lugar de la escena)

MILAGROS: Brindo por la familia! (Con sorna) Ja, ja, “brindo por la familia”, (Camina y ríe locamente) Por la familia de mierda que tenemos!  Ja, ja, Acá a nadie le importa un carajo la vida del otro, cada uno está con la suya. Claro, como en todas las casas del mundo. (Tocando a Soledad) A quién mierda le importa, si esta está loca y habla con los animales, (Toca a Dolores) o esta otra que con 28 años se hace la pendeja y no se da cuenta que la vida pasa por su alrededor, (Toca a Damián) o si este otro tarado se cree el político del siglo 21, (Toca a Mariela) o acaso a alguien le importa si esta boluda se banca a un vago, que en lo único que piensa es en una jubilación de mierda que le dan por haber peleado en la guerra de Malvinas, o en ponerse un forro para tener relaciones tranquilo (conjuga bronca y risa sarcástica), claro!! no sea cosa que un pendejo le cague la vida!. (Fuera de sí) Acaso a alguien le importa que yo, Milagros Alzaga, desde hace 6 años lloro a mi único hijo, (rompe en llanto) Mi único hijo de apenas 3 años! Que carajos tenía que ver una criatura de 3 años con una puta bala perdida. Pero a quién mierda le importa, si nadie, NADIE! sabe de dónde carajo vino esa bala. (Tambaleante grita mirando al cielo) Brindo por el amor que te sigo teniendo hijito mío! Salud! (con el salud se congela en cualquier lugar de la escena)

DOLORES: Brindo por ustedes! (camina mientras les habla a cada uno) Si, aunque no lo creas brindo por vos Damián, porque sos mi hermano y te quiero, con todas tus estupideces políticas. Por vos Milagros, que sos la esposa de mi hermano y la madre de mi único sobrino que fue tan solo por unos pocos años, y a quien extraño tanto como a mis padres y a mi abuelo Manolo. El abuelo Manolo, que seguro lo tendrá en sus brazos y acunará cada noche. Por vos Mariela, que me has ayudado a salir de mis derrumbes cada una de las veces que perdí a un ser querido. Brindo por todos ustedes que son lo único que tengo: mi familia! Salud! (con el salud se congela en cualquier lugar de la escena)

MARIELA: Brindo por quienes me quieren! (Camina hacia el centro del escenario) Si es que alguien me quiere de verdad. (Se arrodilla, levanta su copa y la mira) Brindo por mi vida, mi única vida, mi pequeña vida, mi ahogada vida. Brindo porque ya no me tengan más lástima quienes sienten pena por mi. Deseo con todas mis fuerzas que el hombre que amo, me ame igual. No quiero que se vaya, quiero que se quede y me ame, que me abrace y me haga el amor; que sea feliz a mi lado. Solo deseo estar sola con él y sentirme amada. Lo quiero a él conmigo. No quiero cerca mío a quienes sueñan fantasías, o pretenden un mundo diferente (Pausa. Llora con angustia) Deseo con el corazón que despiertes de tu cansancio precoz y vivas esta vida junto a mí. Quiero vivir este mundo y esta vida siendo feliz con vos Cristian! (Muy cansada se congela en el lugar)

(Lola se incorpora lentamente y yendo a la mesa toma una copa con vino)

LOLA: Yo brindo por mi Manolo! (Camina hacia el centro del escenario) Por el Manolo que ya no está y que sin querer me ha llevado con él. (Larga pausa) Y brindo por los trapos (La actriz comienza a despojarse de la ropa de abuela, y su voz va a ser la voz de la actriz), por los trapos viejos como esta vieja abuela. Trapos sucios que ya no sirven. Trapos de los cuales pocos se acuerdan. Trapos que todos llevamos dentro y que a veces necesitamos ventilar, para despojar nuestras miserias, nuestros rencores, nuestros egoísmos. Trapos que de vez en cuando tenemos que lavar para limpiar el odio, que envolvemos con ellos. (Pausa)

(En un grito) Pero el brindis es el brindis (Bebe la copa y cae al suelo rompiendo con ira la copa contra el piso) Salud!

(Los demás inmóviles responden con fuerza)

SALUD!!

APAGON FINAL

Este texto está registrado en ARGENTORES, por lo que se recomienda solicitar el debido permiso para su puesta en escena

Guillermo Gallego

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Grecia

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