Descripción: Laura y Eduardo pasan su primera Navidad en casa con amigos, sin imaginar la macabra sorpresa que recibirán al día siguiente.
Personajes: Laura, Eduardo, Tomás, Alejandra, Paco
PRIMER ACTO
Es Navidad y Laura y Eduardo, una pareja de recién casados, están celebrando en su primera casa. Esta se encuentra decorada con todos los adornos propios de la época, un árbol navideño repleto de obsequios y la presencia de sus amigos, Tomás, Alejandra y Paco. Todos se reúnen para brindar frente a la chimenea.
Alejandra: Laura, Eduardo, muchas felicidades por su nueva casa.
Laura: Muchísimas gracias, que gusto que hayan podido venir.
Paco: Realmente es una joya, han tenido suerte de conseguir un lugar así en el centro y tan barato.
Eduardo: En cuanto la remodelemos quedará mucho mejor.
Tomás: Oye, ¿y no les incomoda vivir aquí? Recuerda que no por nada se las dejaron tan barata.
Alejandra: ¡Ay, Tomás! Que tema tan escabroso para hablar en Navidad.
Tomás: Bueno, ellos lo saben bien. A mí me gustaría que me informaran de algo así si voy a comprar una casa.
Paco: ¿De qué hablan?
Eduardo: Bueno… ¿no te enteraste? Esta propiedad fue el hogar de una pareja que tenía un hijo pequeño. Un loco entró a la habitación del pequeño y lo asesinó. Encontraron su cuerpo por la mañana, sin la cabeza.
Alejandra: ¡Qué horrible, por Dios!
Tomás: Sucedió también en las Navidades. Los pobres padres decidieron alejarse lo más que pudieran de esta casa. Por eso digo que da mal rollo.
Laura: Sí, fue algo espantoso… pero de eso ya hace un año y la verdad es que, la propiedad no deja de ser estupenda. Nos gusta ser optimistas.
Paco: Tienes razón, de nada vale vivir con miedo. ¡Así que salud por los nuevos comienzos!
Todos vuelven a brindar.
SEGUNDO ACTO
Laura y Eduardo entran en su sala, abrazados y vestidos con batas de dormir. Se besan amorosamente.
Eduardo: Feliz Navidad, mi amor.
Laura: Gracias, amor. Feliz Navidad.
Eduardo: Bueno, ¡a abrir los regalos!
Laura abre uno de sus obsequios, sacando un perfume de la caja.
Laura: ¡Mi favorito! ¡Gracias!
Eduardo: Solo lo mejor para ti. Anda, abre otro.
Laura: Este se ve interesante. (Toma una caja de cartón atada con un cordel rojo). ¿Se te acabó el papel navideño?
Eduardo (frunciendo el ceño): Pero si ese regalo no es mío, ¿no lo pusiste tú?
Laura: Para nada.
Eduardo: ¿Se lo habrá dejado alguno de los muchachos? No recuerdo haberlo visto aquí anoche.
Laura: Puede ser… tal vez querían que fuera una sorpresa.
Ambos se miran extrañados y comienzan a abrir el regalo. Luego, Laura suelta un grito de horror y deja caer la caja, de la que sale rodando la cabeza decapitada de un niño.
Eduardo: ¡¿Pero qué es esto, por Dios?!
Laura: ¡Dios mío! ¡Dios mío!
Eduardo toma tembloroso la tarjeta que venía con el regalo y la lee en voz alta.
Eduardo: Para los nuevos inquilinos de esta casa maldita… con amor, Santa Claus.
Ambos se miran aterrados.
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