Descripción: Mónica solo quiere tener una cena navideña alegre y normal, pero ha olvidado una cosa: su familia es la más desastrosa de todas.
Personajes: Mónica, Eduardo, Rogelio, Marta, Casandra, Tío Edgar, Tía Dolores, Abuelo
ACTO ÚNICO
Se abre el telón y vemos un comedor alegremente decorado para Navidad. Mónica aparece en escena, vestida especialmente para la ocasión y cargando un centro de mesa que coloca encima. Se ve nerviosa. Eduardo, su esposo, aparece y le da un ligero masaje en los hombros.
Eduardo: Si sigues así, te va a dar un soponcio. Solo es la cena de Navidad.
Mónica: Ya lo sé, mi amor, pero es que quiero que todo salga perfecto. Tú sabes que mi familia es… especial.
Eduardo: ¿Y qué familia no lo es?
Mónica: Es la primera vez en muchos años que mis padres volverán a verse desde el divorcio.
Suena el timbre.
Mónica: ¡Son ellos!
Eduardo va a abrir la puerta, encontrándose con su suegro y el abuelo.
Eduardo: ¡Don Rogelio, pasen!
Abuelo: ¡Qué hambre tengo!
Mónica: En un momento podremos empezar, abuelito. Hice un pavo que te encantará.
Abuelo: Pfff, ¡eso hace que se me suelte el estómago! No puedo comer carne.
El timbre vuelve a sonar y Mónica abre, dejando pasar a su madre.
Mónica: ¡Mamá!
Marta: Hijita, es un gusto verte. (Abrazándola). Ah… y tu padre también está aquí. (Mira al hombre con desdén).
Rogelio: Marta, como siempre es un placer. Parece que el tiempo no te ha tratado bien, aun me acuerdo cuando no tenías arrugas.
Marta: Y yo me acuerdo cuando no tenías esa enorme panza, ¿has vuelto a comer de más?
Mónica rueda los ojos. El timbre vuelve a sonar y deja entrar a sus tíos y a la prima Casandra, una adolescente que no despega sus ojos de su celular.
Tía Dolores: ¡Feliz Navidad a todos! Vaya, pero que decoración tan… interesante. (Mira a su alrededor, desdeñosa).
Tío Edgar: Bueno, pero hace cuanto que no nos veíamos todos… Casandra, ¿quieres dejar ese teléfono de una vez?
Casandra: Agh. (Teclea algo en su teléfono con rapidez).
Eduardo: Siéntense todos, enseguida sacamos el pavo del horno. Además, Moni hizo un ponche muy rico para entrar en calor.
Tío Edgar: ¿Ponche? ¡Mejor nos echamos un traguito! (Saca una botella de licor y la pone sobre la mesa).
Tía Dolores: Edgar, no vayas a embriagarte aquí, por el amor de Dios…
Marta: Yo tomaré un poco. Prefiero embriagarme a soportar de nuevo a mi ex esposo.
Rogelio: Si con esas estamos, entonces yo tomaré el doble. Tal vez así y hasta te vuelva a ver guapa.
Abuelo: ¡Yo tengo hambre! ¿Dónde está mi avena?
Todos comienzan a discutir, mientras Mónica suspira y se lleva las manos a la cara. Eduardo le sonríe.
Eduardo: Al menos están todos juntos, como querías.
Mónica: Sí, supongo que ninguna familia es perfecta.
Eduardo: Hey, la nuestra lo será. Además, te tengo una noticia genial.
Mónica: ¿Cuál es?
Eduardo: Esto, (señala con una mano a las personas que discuten), es solo una vez al año.
Mónica: ¡Gracias a Dios!
Ambos ríen y se apresuran a servir la comida, mientras el tío Edgar comienza a hacer lo mismo en varios vasos con su licor.
FIN
¡Sé el primero en comentar!